El creciente interés en las herramientas de administración de la infraestructura de los centros de datos está siendo impulsado en gran parte por las tendencias tecnológicas como la virtualización y la nube, junto con los crecientes volúmenes de datos y los aumentos exponenciales en la demanda de recursos de computación, redes y almacenamiento de alto rendimiento. Mientras que los productos de gestión de infraestructura de centros de datos (DCIM) surgieron como una respuesta inicial a este desafío, al ofrecer herramientas para la automatización, la orquestación, la alta utilización y la facilidad de escalado, al enfoque no le han faltado sus desafíos.
Para comenzar, los administradores de centros de datos que buscan optimizar el rendimiento de los centros de datos deben lidiar con una amplia variedad de problemas, incluida una combinación de hardware y software de diferentes proveedores; la frecuente falta de coordinación entre las instalaciones y la gestión de TI; las tecnologías de obsolescencia rápida; las necesidades comerciales que cambian de manera impredecible y la tendencia de los centros de datos a evolucionar como una colección de silos. Las dificultades adicionales son inherentes dentro de las cargas de trabajo de datos en sí, que requieren respuestas correspondientes de la infraestructura de energía si desea completar las tareas con éxito. Peor aún, como cualquier innovación, los beneficios que ofrece el software DCIM por su diseño pueden variar drásticamente en comparación con lo que realmente se logra.