Los relés son interruptores que abren y cierran circuitos de manera electromecánica o electrónica.
Los temporizadores controlan la temporización en aplicaciones donde las funciones deben retrasarse o las cargas deben mantenerse durante un período predeterminado.
Los relés son interruptores operados eléctricamente que permiten que un circuito eléctrico controle uno o más circuitos al abrir y cerrar sus contactos en respuesta a la activación o desactivación de su bobina.
Los relés se utilizan ampliamente para conmutar bobinas de arranque, elementos de calefacción, luces piloto y alarmas audibles. Además de lavavajillas, refrigeradores, sistemas de calefacción y aire acondicionado, los relés controlan el funcionamiento de máquinas-herramientas, líneas de ensamblaje industrial y equipos comerciales.
Los relés de protección pueden evitar daños al equipo al detectar anomalías eléctricas, incluidas sobrecorriente, subcorriente, sobrecargas y corrientes inversas.
Los relés son electromecánicos (electromechanical relay, EMR) o de estado sólido (solid-state relay, SSR).
Los relés de uso general son interruptores electromecánicos que generalmente funcionan con una bobina magnética. Funcionan con CA o CC, con voltajes comunes como 12 V, 24 V, 48 V, 120 V y 230 V, y pueden controlar corrientes que van de 2 A a 30 A.
Estos relés son económicos, fáciles de reemplazar y permiten una amplia gama de configuraciones de interruptores. Los ejemplos incluyen interposición (entre controladores lógicos programables y grandes cargas) y circuitos lógicos simples.
Un relé incluye dos circuitos: el circuito energizante y el circuito de contacto. La bobina está en el lado de energización y los contactos del relé están en el lado de contacto.
Cuando se energiza una bobina de relé, la corriente que fluye a través de la bobina crea un campo magnético. Ya sea en una unidad de CA o CC, la función básica sigue siendo la misma: la bobina magnética atrae una placa ferrosa que forma parte de la armazón.
Un relé de temporización es una forma simple de control basado en el tiempo, que permite al usuario abrir o cerrar los contactos según una función de temporización especificada.
Pueden diseñarse, por ejemplo, con un conjunto de interruptores selectores, que pueden configurarse fácilmente en una función y un tiempo específicos, lo que reduce así el número de variaciones de producto requeridas.